Madrugada consentida
mimada
llena de la luz de la luna
marea alta en la sangre
y un silencio amaneciendo
volví solo para estar solo
a los pies de mi México
a tanta velocidad
el vértigo se me sube al corazón
Si, así es. El alma se me desvela
con el café de tu piel
tan tibia como el meridiano
El canto de la luna llena
me alcanza
en lo mas profundo de la madrugada.
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