La media mañana desde tu nombre y tres tonos
reconocí tu voz de entre lo oscuro de mi silencio
encendiste con tus pasos a tantas horas mi aura
cargada de tu limpieza de alma y corazón alegre
pese a la zarza de una guerra que ya no es tuya
que peleas por mera y simple desilusión pasada
estrangulada de cosechas cálidas, desenfrenadas.
La media mañana paso de tu voz a tu silencio
con tus ecos resonando por las hojas de Otoño
y una existencia tan tuya y tan sedienta de mi
que me defiende de los desvelos y todo aquello
de una distancia que te hace fuerte cerca de mi.
Germán Diego.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario