Me calló toda la noche encima
y el viento al Norte suena limpio
me rodean por el cuello de cosquillas
campanadas al otro lado del deseo
bastarían dos olvidos sostenidos
y una gota de tu luz cuando suspiras
sobraría un ambiente de festejo
con la gloria entre mis dedos cada mañana.
Nunca he soñado ni he estado deseoso de un paraíso
ya que siempre estoy en uno.
Germán Diego.
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