El cielo estaba pardeando un poco naranja y amarillo en el preciso instante donde los colores no se pierden, se hacen el amor uno con otro y resurge la magia, en la loma, don Julian y Alberto caminan por la vereda con subidas y bajadas Julian con un bastón hecho de alguna rama fuerte y dura como el acero se sienta en una piedra a la orilla del sendero y con voz cansada pero contento le dice al Alberto;
(Julian) Compadre siéntate a ver la montaña ahorita que se esta bañando del viento y la tarde.
(Alberto) ya nos estamos haciendo viejos compadre, los nietos por mas que me gritan no les ecucho y para acabarla de chingar se enojan.
(Julian) Si el otro día el cabrón de mi hijo movía los labios pero no decia nada y fue hasta que su mujer lo pellizco y algo le dijo, a ella no le gusto.
(Alberto) Oye compadre te acuerdas cuando te encontré con la comadre en el arrollo haciendo a mi ahijada la mayor.
(Julian) Pinche compadrito como se me va olvidar, ahora que el arrollo casi se seca ¿Donde irán a hacer los suyos nuestros hijos y nietos.
(Alberto) Caray que chula estaba la hija de don Beto el tendero, siempre que iba a comprar el piloncillo me esperaba a que ella me atendiera y mi mamá me ponía unas chingas por tardarme.
(Julian) Ahora compadre esta cabrón todo cambio pero a mi me gusta venir a platicar contigo, fue en esta piedra donde caíste ahogado de borracho esa noche después de la fiesta del patrono del pueblo, yo se que las flores te recagan compadre esas se las manda su comadre yo le traje cigarros pues, delicados sin filtro como a usted le gustaban, me voy compadre me gusta venir a platicar con usted por que le escucho bien clarito siempre.......
Germán Diego.
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