domingo, julio 10, 2016

Laberinto sin entrada

A decir verdad éste es el título de un cuento corto que escribí hace años, hoy decidí nombrar este post igual.
Fui a la tienda de auto servicio y entre compras necesarias y una que otra chuchería vi una mega oferta de un televisor que hasta Android tiene, le tome una foto al precio y aunque si lo podía comprar, no tenía la necesidad de hacerlo, llegué a casa y quise encender mi televisor y pues nada,  pensé que se había ido la luz y nada, revisé todo y resulta que con la tormenta de ayer donde los truenos y relámpagos se dieron duro toda la noche, supongo que la tele se jodió, así que con todo el dolor de mi cartera y de mi poca estabilidad económica, me fui a comprar ese televisor. 
Como a muchas personas me gusta mucho ir de compras y entiendo que no cubre mi estabilidad emocional pero creo que hoy entendí a muchos padres y madres de familia que no lo hacen por placer sino por necesidad. 
Hoy vi desvanecerse un gran angular para mi cámara fotográfica y mi viaje aún lugar mítico que casi nadie conoce, hoy entendí que la vida me quiere quietecito en éste momento. 
A veces hay que dejarse llevar por el aroma del destino y traspasar el entendimiento por la magia de lo incierto (citando a el mismo cuento corto del titulo)

Aquí estoy en este lugar que parece una isla, rodeado de lo que no entiendo en la salida de este laberinto sin entrada.
El que entendió, entendió.
Germán Diego 
México.

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